Entre 2010 y 2020, en 12 países latinoamericanos, hubo 340 embates violentos contra mujeres indígenas defensoras como acoso judicial, amenazas, estigmatización, criminalización, desplazamiento y violencia sexual o espiritual e incluso ataques como represalia hacia hombres de sus comunidades. Según datos del CIEDH, entre 2020 y 2022, el 19% de estos ataques fueron a mujeres. La violencia desproporcionada impacta a quienes protegen recursos naturales y la tierra que llaman hogar. Mientras luchan por la preservación de la vida, sus propias vidas están en constante riesgo. 

 

La gravedad aumenta cuando en promedio, cada dos días se consumó un ataque letal contra personas que protegen los bosques, selvas, agua, fauna y su territorio. De manera alarmante, el 68% de estas muertes sucedieron Latinoamérica, y el 39% afectó a pobladores indígenas.