top of page
Mayra Maribel Macedo Mozombite.png

Cuando el patriarcado arde, el planeta respira

#DestruirElPatriarcadoNoElPlaneta

A las y los jefes de los Estados miembros de las Naciones Unidas:
 

Con motivo su encuentro en la Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas o Conferencia de las Partes de la CMNUCC (COP28) de 2023 en Dubái, les instamos a mostrar su apoyo a las mujeres, las niñas y las personas no binarias en toda su diversidad. A pesar de décadas de esfuerzos, ningún país ha conseguido poner fin a la violencia de género.i En su lugar, estamos siendo testigos de cómo se está sumiendo a las mujeres en situaciones marcadas por la precariedad y la violencia, que, sumadas a la crisis climática a la que se enfrenta la humanidad, son caldo de cultivo para la pérdida sistemática de los derechos de las mujeres. Actualmente, ya son necesarios 131 años para lograr la igualdad de género.ii Los efectos del cambio climático, como el aumento de las temperaturas y el nivel del mar, la falta de previsibilidad de las lluvias, las sequías, las inundaciones y las tormentas refuerzan las desigualdades de género y provocan un aumento de los niveles de violencia que sufren las mujeres, las personas transgénero y las personas no binarias.
 

La violencia de género y la crisis climática comparten un mismo origen, por lo que las injusticias en materia climática y de género se convierten en dos dimensiones de la misma realidad represiva. El capitalismo, el patriarcado y el colonialismo son las causas principales. Estos sistemas explotan tanto a las mujeres como al planeta a través de la violencia de género y la crisis climática, solamente en beneficio de los ricos y las personas con poder. ¡Debemos poner fin a esta situación! Y nuestra generación puede lograrlo. Los movimientos feminista y de justicia climática plantean soluciones y alternativas económicas para poner fin y evitar todo tipo de normas, prácticas y leyes discriminatorias. Ha llegado el momento de prestarles atención.


La pasividad de sus Gobiernos en materia de violencia de género y justicia climática deja a las mujeres y las niñas en toda su diversidad expuestas a sus consecuencias más violentas. Sus Gobiernos, que a menudo sucumben a los grupos de presión antifeministas y antimedioambientales, están tomando decisiones políticas que explotan tanto a las mujeres como a la naturaleza. Como representantes de los Estados miembros de las Naciones Unidas, les instamos a garantizar que las voces feministas tengan un lugar en la COP28 y en adelante, con el objetivo de luchar contra estos problemas.
 

Las personas que trabajan en el campo, las comunidades indígenas y las personas negras, así como los movimientos feministas, se encuentran en primera línea de la lucha para proteger la tierra, los recursos naturales y el planeta, a pesar de toda la violencia que sufren y la manipulación del sistema. De esta forma, los Gobiernos y las grandes empresas, alimentados por los grupos de presión antifeministas y antimedioambientales, buscan acabar con estos movimientos, puesto que suelen evidenciar la incompatibilidad del statu quo capitalista con la vida en el planeta. Mientras quienes defienden el medioambiente y los derechos de las mujeres son víctimas de asesinato y encarcelamientos, los verdaderos
culpables –hombres ricos y poderosos– tienen asegurado un sitio en los procesos de toma de decisiones en Gobiernos, organismos internacionales e, incluso, en la COP28. ¡Es una injusticia! Estas contradicciones hacen que nos cuestionemos la capacidad de las instituciones para garantizar justicia de género y climática, sin las cuales no podemos construir un mundo libre de pobreza, violencia y explotación.

 

Las Naciones Unidas y sus Gobiernos siguen fallando a las mujeres, las mujeres transgénero y las personas no binarias y, con ello, también a la humanidad y el planeta. ¡Pero no nos rendiremos! Las personas abajo firmantes instamos a los Estados miembros de las Naciones Unidas a escuchar e involucrar a los movimientos feminista y de justicia climática, que cuentan con la fuerza necesaria para erradicar todos los sistemas de opresión. La fuerza del movimiento feminista no solo es capaz de poner fin a la violencia de género, sino también de construir economías y sociedades para todas las personas, no solo unos pocos privilegiados.


Con el objetivo de #DestruirElPatriarcadoNoElPlaneta, exigimos a los Gobiernos de los Estados miembros de las Naciones Unidas que adopten las siguientes alternativas feministas en sus políticas climáticas y planes de acción:
• Los Estados miembros deben elaborar políticas y adoptar compromisos legales claros para proteger a las
personas defensoras de los derechos de las mujeres
, especialmente frente a las empresas energéticas y
extractivas. Las medidas preventivas y de protección orientadas a este propósito pueden derivar de la
ratificación de tratados como el Acuerdo de Escazú. iii
• Garantizar el acceso de las mujeres y las comunidades afectadas por las industrias energética y extractiva a mecanismos de reclamación y denuncia eficaces, seguros y transparentes, incluidos recursos judiciales y
financieros.
• Los Estados miembros deben analizar e integrar de forma significativa los riesgos en materia de seguridad
relacionados con el cambio climático en la implementación de la resolución del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas sobre Mujeres, Paz y Seguridad (Resolución 1325)iv .
• Garantizar financiación directa, flexible y a largo plazo para las comunidades locales y las iniciativas lideradas por mujeres en países frágiles y afectados por conflictos.
Elaborar e implementar leyes, políticas y servicios migratorios con perspectiva de género, que aborden la
violencia de género y la trata de personas, a fin de proteger a las mujeres y las niñas migrantes en el contexto del cambio climático.

• Hacer efectiva la integración de los derechos en materia de salud sexual y reproductiva en los procesos de
gestión del riesgo de desastres
y planes de acción climática estatales.
• Abandonar la promoción de métodos anticonceptivos como solución al cambio climático, puesto que supone una carga injusta para las personas que han contribuido en menor medida a la crisis, además de vulnerar la autonomía corporal de las mujeres y su derecho a decidir sobre sus cuerpos.
• Reconocer y poner en valor el conocimiento tradicional de las mujeres en materia de adaptación climática,
gobernanza y agricultura en la toma de decisiones relacionadas con el cambio climático.
• Garantizar la participación segura, igualitaria y significativa de las personas jóvenes, las mujeres, las mujeres transgénero y las personas no binarias en la gobernanza de los recursos naturales, otorgándoles poder en los procesos de planificación y uso de los recursos procedentes de las industrias extractivas.
• Proteger los derechos sobre la tierra de las mujeres y sus comunidades en las actividades de mitigación climática relacionadas con el suelo, puesto que tienen un impacto sobre su seguridad alimentaria y medios de vida.
• Las mujeres, las personas que trabajan en el campo, las comunidades indígenas y las personas negras deberían estar al frente de la toma de decisiones relativas a soluciones climáticas basadas en el uso del suelo a todos los niveles de gobernanza.
• Los Estados miembros deberían brindar apoyo considerable a los ministerios a los que competen la defensa de los derechos de las mujeres, las organizaciones feministas y los puntos focales en materia de género de la CMNUCC, con el objetivo de colaborar con los Fondos de Inversión en el Clima (FIC), el Fondo de Adaptación (FA), el Fondo Verde para el Clima (FVC), Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) para implementar los planes de acción climática estatales.
• Reconocer que las políticas climáticas pueden ser un reflejo de los valores patriarcales y exigir justicia de género en todas las negociaciones en materia climática, incluida la implementación del plan de acción del programa de trabajo de Lima sobre el género.v
Establecer un impuesto sobre la riqueza para los súper ricos con el objetivo de abordar la crisis climática, así como financiar alternativas para combatir el cambio climático basadas en la economía feminista.

 

bottom of page